Y aquí voy otra vez...
Después de bastante trabajo el sitio está nuevamente en linea. Esta vez los cambios fueron muchos, yo diría que radicales, y aunque muchos no los noten están ahí.
Para empezar, pude deshacerme de los molestos anuncios que estorbaban en la parte superior de cada página, gracias al flamante servidor que hospeda el sitio ahora. Veremos cómo se comporta, aunque ya de entrada me llevé como gran sorpresa (bueno, no tanto, me la veía venir) que es un servidor NT, lo cual no me inspira demasiada confianza... o simpatía, seamos francos. Pero bueno, con todo estoy muy contento con este cambio.
En segundo lugar, debido a la proliferación de sistemas de manejo de contenidos (CMS) decidí sumarme a esta nueva corriente e implementar también el sitio mediante un sistema de estas caracterísitcas. Al principio pensé en programar algo yo mismo, luego empecé a dudar, luego me decidí por Limbo (un CMS que es una versión light de Mambo, otro sistema con el que ya he trabajado y digamos que conozco), y comencé con el trabajo de diseño de una plantilla para finalmente tirar todo por la borda y optar por el "hágalo usted mismo". Qué le vamos a hacer. Algunos son Judíos, otros Cristianos y otros Budistas, pero yo soy programador. Veremos qué sale de esto que, por cierto, aún no termina ya que el desarrollo del software suele ser una historia sin fin mientras dure la vida útil del mismo (ay Dios, qué aburrido se está poniendo esto). Hubiese deseado largar el nuevo sitio ya con una nueva "fachada", así se notaba más el cambio, pero cuestiones de tiempo no me permitieron dedicarme a ese aspecto aún. Mientras escribo esto estoy pensando en unos cuantos detalles del sistema que deben ser trabajados, aunque ya se encuentra en una etapa que considero es mínimamente usable.
Sumado a estas cuestiones técnicas hay una gran cantidad de factores que están cambiando mi propia vida, y a todos se les ocurrió pasar más o menos al mismo tiempo. Esto hace que me encuentre en una fase de transición entre dos etapas que seguramente van a terminar siendo más de lo mismo. Definitivamente, vivir es la rutina más impredecible que uno pueda imaginar.
Me parece interesante que cada vez que pienso en algo para escribir surgen en mi cabeza montones de ideas, pero a la hora de sentarme a escribirlas todas huyen como si el convertirse en palabras les causara miedo. O tal vez sea que tengo mi cabeza en otra parte; aún tengo que decidir si tomarme unas horas de insomnio esta noche o irme a dormir temprano (¿temprano? si son las 23:56... ) ya que mañana tengo un día que puede llegar a ser demasiado largo o, mejor dicho, demasiado corto. Ahora que lo pienso, mañana tendría que estar en dos lugares a la vez y la bilocación es una de esas capacidades paranormales que no he desarrollado, a diferencia de la habilidad de trabajar mientras duermo (habilidad que muchos confunden con dormir mientras trabajo, pero yo insisto en que no es lo mismo).
¿Dejo algo en el tintero? Seguro que sí, pero ya habrá otras ocasiones. Hasta entonces.