Por fin han pasado las elecciones, la fiesta de la democracia (o el día que se enfiestan a la República, como quieran llamarle).
No es que tenga nada en contra del sistema democrático, todo lo contrario, pero sí contra todas esas molestias cotidianas producto de la desesperación que manifiestan los políticos por captar votos, a saber: autos que pasan con altavoces a todo volumen, aviones, afiches que empapelan toda la ciudad, llamados telefónicos, anuncios en TV, todos con un mismo objetivo, pregonar las bondades de tal o cual candidato y su respectivo partido político.
De cierto que están en todo su derecho de hacerlo, pero cuando se ven las calles más mugrientas que de costumbre debido a los pedazos de afiches desparramados en el piso uno no puede menos que preguntarse cuánto dinero se estará invirtiendo en propaganda política y si no podría volcarse en alguna otra cosa un tanto más productiva. Además acabo de ver en el noticiero que se contrata personal de limpieza especializado para limpiar ese tipo de mugre en particular, lo cual supongo que tenderá a aumentar aún más los gastos... en fin.
Pero cambiando un poco el rumbo del discurso, encontré esto en el archivo de NUP. Es un artículo perteneciente al ya desaperecido Planeta Yerba (luego conocido como Mundo Yerba). Una pena que ese sitio no exista más. Ya publicaré otras cositas salidas de ahí a medida que el tiempo me lo permita.